La síntesis principal de la vida espiritual que ha escrito san Eugenio se encuentra claramente en las Reglas y Constituciones Oblatas. A partir de su experiencia personal, estas reflejan su toma de conciencia de las necesidades religiosas de su época. Cuando Eugenio escribió las Constituciones Oblatas, él pidió "prestado" copiosamente elementos de los Sulpicianos, de los Jesuitas y de otros mentores como Carlos Borromeo, Vicente de Paul y Alfonso de Liguori para quienes sentía una gran admiración. Las Constituciones reflejan su personalidad única y su estrecha identificación con el Evangelio. "El espíritu de total abnegación por la gloria de Dios, el servicio a la Iglesia y la salvación de las almas es el espíritu proprio de nuestra Congregación" él escribió en 1817. Más adelante en 1830, él declaró que los Oblatos deben parecer "como los sirvientes del padre de familia encargados de socorrer, ayudar y atraer de nuevo a sus hijos mediante el trabajo más constante, en medio de tribulaciones, persecuciones de toda clase, sin esperar más recompensa que la que el Señor prometió a los servidores fieles que cumplen dignamente con su misión." |
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