536 - Agosto-Septiembre 2013
4 Julio 2013 - 31 Agosto 2013

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AMÉRICA LATINA

Encuentro de la Juventud Oblata

Extractos del blog del P. Chicho ROIS, Consejero general, en www.nosotrosomi.org.

15 de julio: Encuentro JOMI. Así han llamado los oblatos de la Provincia de Brasil al encuentro oblato de preparación a las Jornadas Mundiales de la Juventud. Los jóvenes brasileños que están colaborando con los oblatos en las diferentes misiones han trabajado mucho para acoger a los más de 600 jóvenes provenientes de todo el mundo oblato y para preparar el encuentro de Aparecida. Están entusiasmados al recibir a unos 160 voluntarios internacionales que ya estamos en Sao Paolo, primera etapa de nuestra peregrinación. Si les preguntas quiénes son te responden con esa sonrisa brasileña en los labios: ¡Somos la juventud oblata!

18 de julio: Ahora sí que estamos con un pie en el estribo. No tenemos caballos pero los autobuses han comenzado el viaje de unas tres horas y media hacia Aparecida… Todos llegaremos al Santuario antes de las 20.30, momento en que comenzará la celebración de apertura de las Jornadas Oblatas de la Juventud (JOMI). Entre brasileños y los que vienen de 26 países diferentes seremos unos 1200 participantes.

19 de julio - primer día: Algunos de los peregrinos a las JOMI tuvieron problemas en sus viajes. Retrasos en los aviones, pérdida de maletas o de personas, inconvenientes diversos. El numeroso grupo de Paraguay tuvo toda una aventura con un viaje larguísimo hasta llegar a Aparecida. Pero parece que ya están todo y yo me llevé la alegría de verlos, especialmente al P. Guillermo STECKLING que los acompaña. Nos entristeció la noticia del grupo de franceses que tuvo un accidente en Guyana francesa en la que murió al menos uno de los peregrinos y otros están graves. El Provincial de Brasil, P. Francisco RUBEAUX, nos invitó a rezar por ellos y por sus familiares durante la ceremonia de apertura. Ceremonia vibrante, con mucho folclore brasileño, baile canto que contagió a la mayoría de los jóvenes que, aunque cansados por el viaje, se animaron a bailar y así estuvieron casi hasta las media noche.

Pero en la ceremonia de apertura tuvimos más cosas. Particularmente me gustaron dos: la primera la aparición de S. Eugenio. Los oblatos de Brasil han preparado una película que presentarán en primicia estos días. El actor que representa a S. Eugenio nos hizo presente a nuestro fundador animando a los jóvenes a abrazar la misión y dando su bendición. La segunda, la intervención del Provincial de Brasil, P. Francisco Rubeaux, muy emocionado, que al darnos la bienvenida nos desafió: después de 200 años de la actividad con los jóvenes, S. Eugenio de Mazenod hoy somos nosotros, cada uno de los participantes, llamados a llevar el amor compasivo de Dios a los más abandonados.

20 de julio - segundo día: La enorme Basílica que custodia la pequeñísima imagen de Nuestra Señora de Aparecida fue el lugar de la celebración Eucarística con el Cardenal Arzobispo de Aparecida, Mons. Raymundo Assis, que además es presidente de la conferencia episcopal. En su homilía, por más de 10 minutos estuvo hablando de los Oblatos y de S. Eugenio de Mazenod. Nos recordaba que nuestra misión era anunciar el amor de Dios a los más abandonados y que desde el principio nuestro carisma misionero estuvo ligado a los jóvenes. Cuatro obispos concelebraban, entre ellos el Arzobispo Oblato de Johannesburgo, Monseñor Buti TLHAGALE.

Luego, la Catequesis del Padre General. El mensaje central que quiso regalarnos es que el carisma misionero de los oblatos nace de la experiencia personal del Amor de Dios. Sin esta experiencia no hay misión, no hay misioneros. Tres puntos desarrolló: cómo crecer en ese amor de Dios como jóvenes cristianos; cómo vivir intensamente una vida comunitaria y en grupo; cuáles son las nuevas plazas (nuevos areópagos) donde los jóvenes deben hacerse presente como misioneros.

Por cierto, el patrón de las JOMI es Mauricio LEFEVRE, oblato boliviano que murió por su compromiso con los pobres. Mientras nos presentaban su vida avanzaba por el pasillo central una cruz con la fotografía de los oblatos que han muerto violentamente por ser testigos de Dios, los ya beatificados, como Cebula y los mártires de España, y los que son venerados en distintos continentes como mártires y que inspiran nuestra oblación.

La Congregación de Jesús, religiosas fundadas por Mary Ward, se unieron a las jornadas JOMI. Los jóvenes que hacen esta experiencia con nosotros están participando todos los días en nuestro programa. Y nos prepararon un Via Crucis para concluir nuestra jornada. Lograron hacer memoria del camino de Jesús al Calvario y a la vez actualizar este misterio que sigue ocurriendo. La oración, el canto y las representaciones con mimo, acompañaban el relato leído del Evangelio así como las reflexiones en las que aparecían “los crucificados de nuestros días”, las víctimas de tantas cosas: hambre, violencia, abusos, injusticia, degradación de la tierra, falta de esperanza, los atentados contra la vida…

21 de julio - tercer día: La mañana de hoy, así como el programa de casi todo este día, se destina a participar en el programa diocesano con los otros grupos de jóvenes que se preparan para las JMJ en Río de Janeiro. Nosotros comenzamos visitando la ciudad. Apenas almorzamos y ya salimos para seguir participando del programa de esta tarde que no era otro que el encuentro con los otros grupos, un festival larguísimo de música que no todos aguantamos por el cansancio acumulado y la celebración de la Eucaristía de nuevo con el Cardenal de Aparecida y los obispos y jóvenes que participaron de la semana misionera previa a la JMJ en esta Diócesis. Ya por la noche la guinda del pastel: la primicia de la película que los oblatos de Brasil han patrocinado sobre la vida de Eugenio de Mazenod. Se llama “Memorias del corazón”. Una copia fue repartida al representante de cada país, preparada para poner los subtítulos en la lengua correspondiente.

21 de julio - cuarto día: “La Eucaristía es el centro de nuestra vida y de nuestra misión”. Podemos decir que el centro de las JOMI en Aparecida ha sido la Misa Internacional que celebramos esta mañana. Era el día de la familia oblata. Religiosos oblatos, religiosas oblatas de España y Paraguay, una COMI de Uruguay y todos los laicos y laicas de distintas parroquias y comunidades de Brasil, estaban convocadas para celebrar nuestro carisma. Y en el auditorio que nos sirvió de Iglesia empezó a vibrar por la emoción. Presididos por nuestro Superior General, dábamos gracias a Dios por nuestro común carisma y pedíamos la bendición de Dios y de Nuestra Señora de Aparecida para ser fieles a este regalo del Espíritu.

Los organizadores habían preparado una bella liturgia teniendo en cuenta el carácter internacional de la Asamblea. Todo muy cuidado y muy bello. Los cantos, las danzas, la manera de proclamar la Palabra,... todo ayudaba y preparaba nuestro encuentro con Jesús. Ver más de 80 oblatos concelebrando ya es una gracia de Dios. Acoger la Palabra de Dios con las danzas y cantos de los jóvenes de Sudáfrica es percibir una Palabra viva que da alegría y nos libera.

El Padre General llamó la atención sobre el Cristo que pende sobre el altar en la Basílica de Aparecida. Es un Cristo joven, que entrega su vida desde la serenidad. En su silueta se ve un corazón desgarrado del que brota el “agua viva”. Esa es la imagen del carisma oblato. Encontrarse con ese Cristo y participar de su misión de hacer llegar su misericordia a los más abandonados es lo esencial de nuestro carisma, es nuestra llamada misionera.

Por la tarde nos propusieron trabajar en grupos sobre una charlita que había preparado el Padre Guillermo Steckling, anterior superior general y que también participa en nuestro encuentro. Una charla que trata de invitar a los jóvenes a profundizar en lo que significa ser parte de la “juventud oblata”, es decir, ser un joven que vive el carisma oblato.

Luego, tuvimos el festival de los pueblos. Cada uno de los 29 países representados (algunos con solo uno o dos participantes, los que más con 130) ha preparado una pequeña actuación para presentar su país, sus costumbres.

22 de julio – último día: Todos se preparan para el viaje a Río de Janeiro. Todos nos reunimos para celebrar la Eucaristía que fue presidida en esta ocasión por nuestro arzobispo oblato, Monseñor Buti y animada en los cantos por la numerosa delegación de África del Sur. Monseñor Buti, en su homilía, nos animó a tomar en serio una determinación acerca de nuestra vocación y misión.

Finalizada la Eucaristía, unos 80 oblatos nos reuníamos con el P. General. Él nos lanzó un desafío: ¿Cómo hacer participar a la juventud en el Trienio para celebrarlos 200 años del inicio de la vida comunitaria oblata en 2016? Se insistió en la necesidad de trabajar como comunidad con los jóvenes, a seguir las huellas de Eugenio de Mazenod en su estilo de hacer misión con los jóvenes.

Última visita a Nuestra Señora para confiarle lo que está ahora en nuestros corazones. Nos reunimos en Adoración Eucarística por una hora. Sí, los jóvenes saben bailar y expresar su alegría con fiesta, pero también saben rezar en silencio. Concluida la adoración, rezamos un rosario misionero para rezar por la misión de toda la familia oblata en el mundo. No puedo dejar de rezar por un joven que me confió: “Padre, rece por mí. Creo que Dios me llama a ser misionero en los países más pobres”.

Terminado el Rosario tuvimos la celebración de clausura que comenzó con una dramatización del Buen Pastor representado por el P. General. El Buen Pastor va dando todo lo que tiene a los jóvenes, la túnica, el sombrero, el callado, las sandalias, los ojos, la boca, los pies y sus entrañas compasivas… ahora es a los jóvenes a los que toca ser ojos, bastón, corazón… del Buen Pastor para continuar su misión. Con la bendición final del P. Louis que llevaba en sus manos la cruz del Fundador, fuimos enviados a la Misión. Al final de esta ceremonia unos jóvenes leyeron la “Carta de Aparecida” dirigida a toda la juventud oblata.




Carta JOMI-Aparecida

Terminadas las Jornadas JOMI en Aparecida llega el momento de hacer balance. ¿Cómo mejor podemos hacerlo que dando la palabra a los mismos jóvenes? Ellos prepararon una carta que quieren enviar a los que no pudieron venir. Es la mejor expresión de lo vivido en estos días.

Queridos amigos, saludos desde Aparecida,

Como no tuvieron la oportunidad de estar con nosotros queremos compartir con ustedes nuestra experiencia a través de esta carta. Nos hemos reunido aquí en Aparecida, Brasil, como Jóvenes provenientes de todo el mundo para celebrar y vivir más profundamente el carisma y como familia oblata. Hemos estado juntos desde el 18 hasta el 22 de Julio de 2013. En estos días hemos interactuado con otros Jóvenes de diferentes países, culturas y procedencias sociales pero unidos en una misma fe y en el espíritu de San Eugenio.

Esta experiencia ha estado plena de energía inspirándonos, enriqueciéndonos y también desafiándonos. Nuestro Superior general nos ha llamado a vivir nuestra fe de una forma más activa y encarnar el carisma oblato en nuestras situaciones cotidianas. Nos animó mucho ver las muchas maneras de expresar nuestra fe católica especialmente cantando, danzando vistiendo con ropas tradicionales durante la Misa. Nuestra celebración de la Eucaristía nos ayudó a darnos cuenta mejor de nuestra comunión entre nosotros tal como vivimos juntos en el mismo hotel como una familia.

Querido joven, busco llegar a vos para hacerte saber de un gran amor, un amor que no excluye a nadie y se extiende a todos. Durante estos últimos días, nosotros, como una gran familia oblata, experimentamos constantemente y de diversas formas un encuentro salvador con JESUCRISTO. Diferentes culturas y razas en comunión, bajo un mismo espíritu, compartimos el gran don de nuestro carisma oblato. Cristo joven, vibrante y alegre, se hizo presente en cada uno de los momentos. Una bienvenida que nos hacía sentir en casa, la convivencia fraterna multicultural, un Via Crucis que nos invitó al compromiso y la acción como misioneros oblatos. Y una transformadora catequesis en la cual el Padre General nos recordó que el centro de nuestro carisma está el sentirse amado por Dios para tratar al prójimo como nuestro Hermano.

San Eugenio nos convida diariamente a buscar servir al prójimo sin restricciones lo mismo que Jesús anunció la Buena Nueva a todos los pueblos, especialmente los más necesitados. Seducidos por su carisma, la juventud oblata se revela en medio de las dificultades diarias. Para predicar el Evangelio tenemos que vencer las batallas diarias impuestas por la vida tan atareada que llevamos. Uno de los mayores desafíos es vencerse a sí mismos, vencer sus propias barreras. Reconocerse pecador es el inicio de un camino verdadero de conversión, entregándose al infinito amor de Dios y a una experiencia de vida comunitaria que se desarrolla en el amor gratuito renovando nuestras vidas.

Queremos concluir nuestra carta dando las gracias, en primer lugar a Dios, San Eugenio y María Inmaculada que han derramado una lluvia de gracia para todos nosotros. Gracias a todos los oblatos y laicos de Brasil que han trabajado tanto para acogernos y organizar este encuentro. OBRIGADO. Gracias a nuestro Padre General que nos ha regalado su catequesis, sus homilías y su presencia. Llevamos en nuestros corazones lo que nos dijo y queremos encarnarlo en nuestras vidas. En fin, gracias a todos y cada uno de los que rezaron por nosotros y a todos ustedes jóvenes. Con ustedes y con San Eugenio, queremos abrazar a Cristo y su misión.

Oremos a San Eugenio: que también podamos sentir ese amor desinteresado en la santa cruz, danos valentía para experimentar con caridad los dones que recibimos antes incluso de nuestro nacimiento y que nuestra Madre, María Inmaculada, nos fortalezca para ser fieles a Jesucristo. Que San Eugenio, corazón que abrazó todo el mundo, nos auxilie a ser una gran familia misionera que anuncia la buena noticia a los pobres y abandonados para que conozcan la fuerza del amor de Dios. Amen.



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