ASIA-OCEANÍA
El Provincial oblato pide ayudaCon una estimación de diez mil víctimas como consecuencia del gran huracán Yolanda (Haiyan, según la nomenclatura internacional) que arrasó el centro de las Filipinas, junto a los miles de filipinos heridos, poblaciones arrasadas, sin luz, sin agua potable en, al menos, cuatro provincias, las hambrunas están acechando, dado que las provisiones de alimentos apenas pueden llegar a las zonas afectadas.
El alcance total de la devastación no se conoció hasta más de 24 horas después de que Yolanda cayera sobre las Filipinas Centrales. Aún varían las cifras de las víctimas, aunque los medios de comunicación estiman que los fallecidos podrían alcanzar la suma de diez mil o más.
Todo el mundo ha quedado horrorizado con lo que se ha visto en los canales de televisión.
Al día siguiente, montañas de escombros
esperaban a la gente de Samar y Leyte, las zonas por las que entró el huracán.
Como se puede ver por la televisión, los cadáveres de niños y adultos yacen a lo largo de las carreteras, así como los troncos de árboles centenarios caídos, postes de electricidad y todo tipo de cosas atraviesan las carreteras, obstaculizando a los conductores y supervivientes. Casi todas las casas y edificios han perdido su tejado.
Muchos caminaban desorientados, habiéndoseles descrito por parte de los periodistas como “caminando a lo zombie”, tratando de poner a resguardo lo que quedara en las zonas en que antes solían levantarse sus casas.
La gente necesita comida y agua. También medicinas. Las unidades del gobierno local han dejado de funcionar, puesto que los funcionarios han sido también víctimas. Se ha informado de saqueos por parte de filipinos desesperados, siendo mostrados por la televisión nacional. Los precios de la gasolina, con las reservas agotándose, se han incrementado hasta en 10 veces.
El Presidente de Filipinas, Benigno Aquino, ha puesto todo el país bajo el estado de catástrofe nacional con el fin de acelerar los esfuerzos de rescate, atención y reconstrucción, así como para ordenar desbloquear los fondos para emergencias.
Viendolo por la televisión y otros servicios de prensa, los Misioneros Oblatos de María Inmaculada (OMI) de la Provincia de Filipinas, a través de la Fundación Misionera Oblata (OMF Inc.), el servicio oblato para desarrollo social y los medios de comunicación oblatos, han organizado rapidamente una campaña de recogida de fondos para enviar ayuda a las víctimas de la catástrofe.
Bajo el nombre “Operación Víctimas del [Huracán] Yolanda en Tulong”, los Oblatos han solicitado la ayuda de la gente de la región central de Mindanao, región en la que funciona su ministerio de medios.
“Con la situación descorazonadora de nuestros compañeros filipinos en Visayas Central, hago un llamado a todos a ofrecer cualquier ayuda que puedan proporcionar”, dijo el P. Larry DE GUIA OMI, Superior Provincia de Filipinas, en la Corporación de Televisión “Notre Dame”, la organización de medios de comunicación dirigida por los oblatos.
“La fe sin obras está muerta”, dijo en su llamado a los oyentes de los medios oblatos para que compartieran algo con las víctimas de la catástrofe.
“Hemos sobrevivido a la catástrofe y estamos agradecidos no sólo por las oraciones, sino por cualquier esfuerzo y por la ayuda ofrecida”, dijo. “Estén seguros de que su ayuda alcanzará a los necesitados en las provincias afectadas”.
El día del llamado del P. Larry, el 12 de noviembre, comenzó a llegar la ayuda, incluyendo comida y ropa usada, a las estaciones de radio de los oblatos de Ciudad de Kidapawan, Ciudad de Cotabato y Ciudad de Koronadal. (Edwin Fernandez en www.omiphil.org)