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Condolencias del Papa Francisco por la muerte del Cardenal GeorgeAl Reverendísimo Blase Cupich
Arzobispo de Chicago
Entristecido por la noticia del fallecimiento del Cardenal Francis E. George, arzobispo emérito de Chicago, le ofrezco mis más sentidas condolencias a usted y al clero, religiosos/as y fieles laicos de la archidiócesis. Con gratitud hacia el Cardenal George por el testimonio de su vida consagrada como Oblato de María Inmaculada, por su servicio en el apostolado educativo de la Iglesia y por sus años de ministerio episcopal en las iglesias de Yakima, Portland y Chicago, me uno a usted para encomendar el alma de este sabio y gentil pastor al Amor Misericordioso de Dios, nuestro Padre Celeste. A todos los que lloran al difunto Cardenal en la segura esperanza de la Resurrección, les imparto de corazón mi Bendición Apostólica como prenda de consuelo y de paz en el Señor.
FRANCIS PP.
(18 de Abril de 2015: http://www.news.va/)
El servicio de noticias vaticano anunció el 24 de Abril de 2015: el Santo padre ha recibido a los obispos de dos naciones de África en su visita “ad Limina Apostolorum”. La lista de los obispos presentes dejaba claro que la inmensa mayoría de las Conferencias Episcopales de Namibia y Lesoto son Oblatos de María Inmaculada. De los siete obispos presentes en el encuentro sólo uno, de Lesoto, no es oblato. Asistieron a la visita, que deben hacer cada cinco años:
(de Namibia) el arzobispo Mons. Liborius Ndumbukuti NASHENDA, O.M.I., de Windhoek; Mons. Philipp PÖLLITZER, O.M.I., de Keetmanshoop; Mons. Joseph Shipandeni SHIKONGO, O.M.I., Vicario Apostólico of Rundu;
(de Lesoto) el arzobispo Mons. Gerard Tlali LEROTHOLI, O.M.I., de Maseru; Mons. Augustinus Tumaole BANE, O.M.I., de Leribe; Mons. John Joale Tlhomola, de Mohale’s Hoek; y Mons. Joseph Mopeli SEPHAMOLA, O.M.I., de Qacha’s Nek.
El Papa Francisco concluyó su discurso a los obispos: “les exhorto a perseverar como hombres de oración profunda y constante, en el camino del Beato José Gerard, quien escuchó los susurros del Espíritu Santo en todos los ámbitos de su vida. La oración precede y conduce a la auténtica evangelización… Cuando la Iglesia emplaza a todos los cristianos a asumir constantemente de nuevo las tareas de la evangelización del mundo… está mostrándonos el camino hacia nuestra felicidad más profunda.”
“Vivir en Cristo según la forma de vida del evangelio” fue el tema del Congreso Internacional de Formadores para la Vida Consagrada, organizado por la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (antiguo Dicasterio vaticano de la Vida Religiosa), que se celebró en Roma en el marco del Año de la Vida Consagrada del 7 al 11 de abril de 2015.
Los números ya nos dejan entrever el volumen y la importancia del evento: participaron 1.300 formadores, procedentes de 108 países distintos, que representaban a unos 450 carismas o familias religiosas.
La demanda fue tan desbordante que los
organizadores se vieron obligados a limitar el número de participantes, tomando
como criterio el número de miembros de cada Instituto. A los Oblatos nos
concedieron 11 plazas, asignadas a los formadores siguientes: Mario BRANDI,
Joaquín MARTÍNEZ y Jude SAPARAMADU del Escolasticado Internacional Romano;
Giuseppe RUBINO y André M. NDENE (Provincia Mediterránea); Jószef WCISLO y
Wojciech POPIELEWSKI (Polonia); Ronald LAFAMBROISE (Estados Unidos); Gaby KINZE
(Congo); Norbert WILCZEK (Provincia de Europa Central); y Joseph PHIRI (Zambia)
del escolasticado de Cedara, S.A.
Durante su audiencia con los participantes el 11 de abril, el Papa Francisco les dijo: “La vida consagrada es hermosa; es uno de los más preciados tesoros de la Iglesia, arraigado en la vocación bautismal. Así que es agradable ser formadores, porque es un privilegio de participar en la obra del Padre, que es formar el corazón del Hijo en aquellos a los que llama el Espíritu. A veces se puede sentir este servicio como una carga, como si estuviera apartándonos lejos de algo más importante. Pero esto es un engaño, es una tentación. La misión es importante, pero es igualmente importante formar para la misión, formar a la pasión del anuncio, formar a la pasión de ir por todas partes, en cada periferia, para proclamar a todos el amor de Jesucristo, especialmente a los alejados, para decirlo a los pequeños y a los pobres, y también a dejarse evangelizar por ellos. Todo esto requiere una base sólida, una estructura cristiana de la personalidad que hoy las mismas familias raramente pueden dar. Y esto hace que su responsabilidad sea mayor si cabe.
