CANADÁ-ESTADOS UNIDOS
Cardenal Francis George, OMI: 1937-2015
He aquí la declaración del sucesor del Cardenal GEORGE, Mons. Blase Cupich,
apenas unas pocas horas después de su fallecimiento:
“Un hombre de paz, tenacidad y coraje ha sido llamado a casa con el Señor. Nuestro amado Cardenal George falleció hoy a las 10:45 a.m. en la Residencia.
“El camino de la vida del Cardenal George comenzó y terminó en Chicago. Él fue un hombre de una gran valentía que superó muchos obstáculos para llegar a ser sacerdote. Cuando se unió al sacerdocio no buscó una posición cómoda; en lugar de esto se enroló en una orden misionera, los Oblatos de María Inmaculada, y sirvió al pueblo de Dios en circunstancias difíciles – en África, Asia y alrededor del mundo.
“Ciudadano orgulloso de Chicago, se convirtió en
líder de su orden y volvió a viajar lejos de casa, sin dejar que sus
limitaciones físicas moderaran su celo por llevar la promesa del amor de
Cristo, a donde más se necesitaba. Cuando fue ordenado obispo, sirvió
fielmente, primero en Yakima, donde aprendió español para estar más cerca de su
pueblo. Luego se desempeñó en Portland, donde pidió a la gente que continuara
enseñándole cómo ser un buen obispo. A cambio, se comprometió a ayudarlos a ser
buenos misioneros.
“El Cardenal George era un líder respetado entre los obispos de los Estados Unidos. Un ejemplo de esto fue cuando la iglesia tuvo que enfrentarse al grave pecado del abuso sexual clerical y él se mantuvo fuerte entre sus compañeros obispos e insistió en que la tolerancia cero era la única vía consistente con nuestras creencias.
“Sirvió a la Iglesia universal como cardenal y ofreció su consejo y apoyo a tres Papas y a sus colaboradores en las congregaciones romanas. De esta manera, contribuyó a la gestión institucional de la Iglesia en todo el mundo.
“Aquí en Chicago, el cardenal visitó todos los rincones de la archidiócesis, en donde habló con los fieles y trató con bondad cada interacción. Se dedicó a cumplir una agenda llena de compromisos, eligiendo siempre atender a la iglesia antes que a su propia comodidad y al pueblo antes que a sus propias necesidades. En fechas recientes hemos sido testigos de su valentía al enfrentar las crecientes dificultades que le causó el cáncer.
“Prestemos atención a su ejemplo y seamos un poco más valientes, un poco más firmes y mucho más amorosos. Esta es la forma más segura de honrar su vida y celebrar su regreso a la presencia de Dios. Ahora que celebramos en estos días de Pascua nuestra nueva vida en el Señor resucitado, ofrezcamos juntos, ustedes y yo, consuelo a la familia del Cardenal George, especialmente a su hermana, Margaret, asegurándoles nuestras oraciones, dando gracias a Dios por su vida y por sus años de dedicación a la Archidiócesis de Chicago. Oremos para que Dios traiga a este siervo bueno y fiel a la plenitud de su reino. Que el Cardenal George descanse en paz.”
Francis Eugene GEORGE nació en Chicago en 1937. Sufrió la polio a la edad
de 13 años lo que le impidió ingresar en el Seminario Mayor de la
archidiócesis. En cambio, entró en el Seminario Oblato de S. Enrique en
Belleville, Illinois. Allí descubrió la llamada a la vida religiosa misionera;
hizo sus primeros votos como oblato en 1958. Ordenado sacerdote en 1963, pasó
sus primeros años de ministerio como profesor de Filosofía y formador de
jóvenes oblatos. En 1973 fue elegido Provincial de la antigua Provincia Central
y, poco más de un año después, Vicario General en el Capítulo de 1974. Contaba
con sólo 38 años de edad y, a decir de algunos de los oblatos presentes en el
Capítulo, fue elegido personalmente por el nuevo Superior General, el P.
Fernand JETTÉ, de quien había sido estudiante en el escolasticado en Ottawa.
Siendo Vicario General, visitó muchas provincias y delegaciones de la Congregación. Esta visión global de la Iglesia le ha ayudado mucho siendo ya obispo y más tarde cardenal.
En 1990, el Papa Juan Pablo II le consagró obispo de Yakima, Washington, una región en la que habían ejercido algunos de los primeros oblatos enviados en 1847 a los Estados Unidos por S. Eugenio de Mazenod. En 1996, fue nombrado arzobispo de Portland, Oregón, y en 1997, se le pidió que cambiase de sede una vez más, esta vez como arzobispo de su ciudad natal. En Enero de 1998, el Papa Juan Pablo II le elevó al Colegio de Cardenales; su iglesia titular fue la de San Bartolomeo all’Isola, en Roma.
Sus hermanos obispos de la Conferencia Episcopal Católica de los Estados Unidos le eligieron vicepresidente en 2004. De 2007 a 2010, fue Presidente de la Conferencia.
Muchos de los que fueron testigos de su trabajo y de sus talentos le consideraron el obispo de su generación mejor dotado intelectualmente en los EE.UU. Algunos incluso le apodaron el “Ratzinger americano” por su aguda inteligencia y su capacidad para articular la posición de la Iglesia y complejas cuestiones teológicas.
Descanse en paz.
Si el Padre Bill SHEEHAN fuera tu párroco, los bancos estarían llenos cada misa. Asi es, está muy solicitado por todo el país para dirigir retiros en los que todos pasarían horas sentados cada día con los ojos cerrados en una oración silenciosa conocida como Oración centrante. Y sus retiros están llenos.
"Es el mejor de los mejores. Hay en él una luz, una dulzura y delicadeza por la que te ves totalmente arrastrado", dice Nancy Nichols Kearns, practicante durante muchos años de la Oración centrante y voluntaria de la capilla de Boston de Compromiso contemplativo, la organizacion que ampara la Oración centrante.
El propio Bill Sheehan es más modesto: "Yo simplemente creo que la gente busca algo de mayor profundidad, no sabiendo a veces como expresarlo", dijo en su casa de Lowell, Massachusetts, donde es sacerdote con los Oblatos de María Inmaculada. "Estaré volando para un retiro, llevando mi cruz oblata. Inevitablemente la persona junto a mí me preguntará: - ¿Dónde vas? ¿A qué te dedicas? - Voy a un centro de retiros en Amarillo (Texas), le diré, - ¡Oh!" Entonces les contaré que soy un sacerdote católico y que voy a dar un retiro allí y, ¡bum!, católicos o no, cristianos o no, querrán enterarse de todo".
Hay en ello una fascinación, una curiosidad, quizá un santo deseo como el que uno ve entre los que hacen un retiro de día, de una semana, de mes o más. A comienzos de retiro él pregunta a los participates por qué han venido y qué buscan. "Buscan silencio, dice Sheehan, y buscan una relación más profunda con Dios. Simplemente se da esa atracción".
Como alguien que ha sentido también esa atracción, estoy sorprendido de que no haya grupos de Oración centrante en toda parroquia católica de alrededor, especialmente hoy, cuando se habla tanto de la necesidad de calmarse, de desconectar, de vivir "conscientemente" el momento y de meditar. La Oración centrante ofrece un camino para ello y, más importante aún para los católicos, como dijo su cofundador, el monje trapense Thomas Keating, ofrece la oportunidad de experimentar la presencia de Dios, incluso si uno no es un modelo de virtud.
"En aquél entonces no había electricidad ni agua corriente, sólo unas letrinas y unas duchas fuera de las dependencias. Dentro, por la noche, todo estaba lleno de velas", evoca Sheehan. "Por primera vez, mi vida se limitaba a la mayor de las simplicidades, sólo lo básico, y era bueno. Y luego, zambullirse en el silencio y las muchas horas de oración a lo largo del día con Thomas (Keating) era, bueno, una experiencia formidable".
Eso fue hace más de 30 años. En 1986 se formó el “Compromiso Contemplativo S.L.” con el fin de formar en compartir la enseñanza de la Oración centrante. Es ahora practicada por decenas de miles en alrededor de 50 países y, como ya dije, en un puñado de parroquias católicas estadounidenses.
Sentado enfrente de Sheehan en su despacho de Lowell puedo ver en su cara y oír en su voz lo que décadas de aparecer en público han supuesto para él y su propia historia de amor. Quiero lo que él tiene.
Bill Sheehan no está lejos de los 80 años. No los parece. Su presión sanguínea es estupenda, me dice, otro "fruto" de toda esa oración. "¿Cuánto aguantaré?", dice refiriéndose a ir por todo el país dando retiros. "No tengo ni idea, pero diría que mientras tenga algo en la agenda estaré bien. Tengo fechas fijadas para todo 2016 y algunas para 2017".
"Permíteme decirte: a mi edad siempre hay alguien preguntando: "¿estás retirado?" Y siempre digo: "No mucho". Luego les cuento que paso la mayor parte de mi tiempo ocupado con gente buscado a Dios" (Por Margery Eagan. El artículo completo se encuentra en:http://goo.gl/KX1kJm)