CANADÁ—ESTADOS UNIDOS
Cierre de la Casa Deschâtelets
Edificio Deschâtelets (1950)
En 1885, los Misioneros Oblatos de María Inmaculada construyeron el Escolasticado de San José en la parte oriental de Ottawa. Era un gran edificio al lado del río Rideau, su fachada daba a la calle Main. El escolasticado fue el hogar de cientos de jóvenes oblatos que estudiaban filosofía y teología mientras se preparaban para la vida misionera por todo el mundo. En 1971, el escolasticado se trasladó del lugar y el edificio pasó a llamarse "Edificio Deschâtelets” en honor del Padre Leo Deschâtelets, antiguo superior de la casa elegido luego Superior General de los Misioneros Oblatos en Roma. El "Edificio Deschâtelets” ofrecía alojamiento a sacerdotes, religiosos y religiosas y laicos que estudiaban en la Universidad San Pablo. Los Archivos Deschâtelets fueron instalados ahí desde 1920 para ser después trasladados a Richelieu (QC) en 2014.
En los últimos años, el edificio se hizo demasiado grande para las necesidades de su comunidad a causa de los números siempre menguantes. De ahí que los oblatos hayan vendido la propiedad a una firma que lo transformará para hacer distintos tipos de alojamientos.
Asistieron varios obispos, algunos miembros de la Provincia de Lacombe y una amplia representación de algunas de las comunidades de religiosas que trabajaron en la casa, entre otras: las Hermanitas del Sagrado Corazón, nuestras vecinas. Los Asociados Oblatos de la región también estuvieron representados, además de los empleados y algunos representantes de la Universidad de San Pablo y Ottawa.
Nuestro hermano, Paul ARSENAULT, dirigió los cantos, acompañado por Martin Brossard del Santuario de Notre-Dame-du-Cap. Durante la comida, se creó una sensación como de estar una vez más en casa, con la alegría de estar juntos y con tantos recuerdos acumulados. Para fomentar este clima, un grupo de compañeros oblatos ofrecieron algunos cantos de La Blanche, el antiguo campamento de verano. Uno de los ex-oblatos invitados hizo esta observación al final del encuentro: "vine aquí con un peso en el corazón y con la moral bien baja, pero me voy con el corazón lleno de agradecimiento.”
Este cierre es ciertamente un momento de profunda tristeza pero la última palabra sigue siendo la esperanza porque la vida siempre se impone, aunque sea de una forma diferente. Nuestro agradecimiento a todos los que hicieron que esta celebración fuera no sólo posible, sino memorable. (INFO OMI, 1 de Junio de 2016)